CDMX.–Violencia delictiva y drogadicción, ejes de los delitos más graves * Definitivamente Claudia, Rosa Icela y Omar harán una lucha frontal contra la delincuencia organizada, con el fin de poner a México en paz y seguro, la principal encomienda de la hoy presidenta electa
Con las locuciones más sensibles sobre la inseguridad, la violencia y el narcotráfico en México, que se repiten y se repiten entre la población nacional, han sido para que al menos se conozcan y se denuncien por las víctimas de la delincuencia; el tráfico y consumo de la drogadicción galopante, que cuentan plenamente con la comprensión y el combate frontal de la Presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo.
Seguramente habrá un equipo conocedor de este flagelo que será puesto al alcance de su gobierno, para salirle al paso a la conjetura trágica de una sociedad atemorizada en todo el país, que sufre por la amenaza asociada de los miles de muertos caídos aquí o en la juventud de Estados Unidos principalmente, por la comercialización de nuevos y fatales narcóticos que se comercializan plenamente.
Se trata presuntamente por el crecimiento de los males derivados de la avezada inseguridad nacional, aprovechada por la delincuencia en los distintos medios del país, ante el crecimiento por la comercialización internacional de los diferentes enervantes que han aparecido en el mercadeo fatal de las sustancias prohibidas, que se comercializan de aquí para allá, y ellos, los norteamericanos, a su vez, proveen los armamentos más sofisticados de “allá para acá”, que predominan por la inseguridad y la mortandad ocasionada, por los males que les ocasionan esas sustancias, que se transportan recíprocamente de “aquí para allá”.
El caso es que se ha difundido en los medios de comunicación, escritos o electrónicos, que la solución de los problemas de la incertidumbre delictiva radica en el propio Estado que debe responder con mayor energía, en una nueva valoración delictiva que le ha tocado hasta ahora, primordialmente, a una gran cantidad de periodistas, de medios escritos o electrónicos, que pese a la buena voluntad y esfuerzo humanitario de estos medios, no se han logrado mayores revelaciones existentes de la delincuencia organizada, pese a un alto costo en la muerte de una larga lista de periodistas sacrificados.
La enorme problemática de la inseguridad radica por la actividad de una delincuencia bien organizada, que hoy por hoy sigue creciendo, como lo han hecho saber los destacados comunicadores de diferentes medios, a los que se les debe reconocer su persistencia social ante la opinión pública, para rescatar a la ciudadanía de las entidades nacionales y de la opinión pública que han estado prestos para difundir las circunstancias en que se comercializan y se ocultan de sus delitos graves.
Hasta ahora no se han contenido los esfuerzos reales entre México y Estados Unidos, pero no son suficientes en lo logrado ante los avances sustantivos, por el menudeo la distribución que se realiza casa por casa que comparten territorios de los dos países, de un lado a otro y los resultados para los norteamericanos y para los mexicanos, el conflicto sigue siendo el mismo, quién es el comprador y quién es el vendedor como en cualquier deporte entre dos partes, “quiénes son del trampolín y quiénes son de la alberca”.
Hagan sus apuestas mientras llega la hora de la próxima Presidenta de México, en compañía de su gran equipo: Rosa Icela Rodríguez, en la Secretaría de Gobernación, y Omar García Harfuch, en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Definitivamente es un trabuco que hará una lucha frontal contra la delincuencia organizada, con el fin de poner a México en paz y seguro, la principal encomienda de la hoy presidenta electa.
SERGIO M. ROMERO
sergiomarioromero@yahoo.com.mx