De risa fue la donación que realizara la actual Diputada Federal Raquel Bonilla Herrera, al “Museo de la Ciudad” la cual en vez de formular una iniciativa o algún punto de acuerdo en la Cámara de Diputados, para apoyar en la reactivación económica de su distrito, prefirió llevar una réplica a escala de una bomba petrolera, mejor conocida como “Bimba”.
Esta donación con la que se adornó en sus redes sociales la legisladora federal, no fue un obsequio único de esta política de la Cuarta Transformación, pues fue en conjunto con la participación de escultor Manuel Guzmán Guerrero, quien creo esta escala hecha con a base de hierro reciclado.
Esta donación ha generado el descontento de la población de los municipios de Poza Rica, Coatzintla y Tihuatlán, no por la escultura, sino por la insensibilidad de la legisladora ante las problemáticas primordiales de su distrito, en donde el desempleo y la falta de fluidez económica ahorca a las familias.
Raquel Bonilla Herrera, tuvo un paso gris por los pasillos de San Lázaro durante su primer periodo como Diputada Federal y ya reelegida muestra que será la misma política que manejara en este nuevo periodo.
Por: Benjamín Portilla Rodríguez
