APUNTES | Manuel Rosete Chávez
“Mi esposo es roquero, no ratero” Xóchitl Gálvez Ruiz
¿Cuántos veracruzanos preparados, con experiencia en diversas áreas del servicio público, con vocación de servicio, quisieran tener una oportunidad para mostrar lo que saben trabajando dentro de la maquinaria de un gobierno?…muchos.
A través del tiempo nos vamos dando cuenta con tristeza que en la actualidad a los cargos públicos llegan los más gañanes, los ambiciosos, los que sueñan con enriquecerse participando en la vida política de sus municipios, de su estado o hasta de su país.
El caso de los integrantes del gobierno de la 4T es el modelo idóneo para ejemplificar este asunto. ¿Quién, de los que llegaron a sentarse como secretario de despacho, tenía experiencia para el cargo, había participado en otra administración dejando a su paso resultados favorables de su trabajo?, pensamos que ninguno.
Los cuatroteístas de la administración sexenal que va de salida llegaron a los cargos porque un amigo los recomendó o porque ellos tenían la amistad directa con el jefe, alguna relación sentimental y si no parentesco. Los tres poderes del estado a partir del 2018 se derrumbaron; llegaron a “administrar” la justicia personas que ni idea tenían que era una magistratura, que cosa significa el Consejo de la Judicatura, lo importante era ser jefe, ganar mucho y tener cerca fondos para disponer de ellos.
Cuántos diputados locales de ese congreso que comenzó presidiendo José Manuel Pozos Castro, una chulada de legislador quien ha sido ¡tres veces diputado! (una vez federal) y con seguridad en los archivos del Congreso no existe evidencia de su paso por una curul, es decir un proyecto de ley elaborado por él en favor de los veracruzanos. Mi tocayo Pozos inició su brillante carrera política como miembro de una cuadrilla de levantapostes de la CFE donde mandaba don Carlos Smith Véliz. Se ha dicho ingeniero, contador, abogado, pero de todo eso nada. Y qué decir del resto de los legisladores morenistas como el buen Maleno, ganador de un reconocimiento como diputado de Morena y ni a la primaria fue.
En el Ejecutivo lo hicieron peor: un Secretario de Gobierno que sabía chapear, como lo demostró; que le encantaba andar en moto, que era muy bueno para los negocios al amparo del poder y que terminó su período como propietario de unidades habitacionales.
Y como dice el dicho “para muestra un botón”, con este me quedo porque resulta ocioso seguir con una larga lista de improvisados, inútiles, pero eso sí arrogantes, prepotentes, abusivos y muy corruptos.